Jugar es una actividad imprescindible para el crecimiento y el desarrollo de los niños y niñas. Pero, resultad que jugar con disfraces también es muy positivo en su desarrollo, sobre todo en el ámbito emocional. Además de ser una actividad bastante divertida que suele gustares mucho, los disfraces se engloban dentro de los juegos interpretativos y estos son idóneos para potenciar su confianza y que sean capaces de mostrar sus sentimientos.
Las fiestas de disfraces con amigos, Carnavales, Halloween… cualquier excusa es buena para disfrazarse. Si le preguntas a un niño pequeño, te dirá que jugar con disfraces puede hacerse cualquier día del año. Suelen ser momentos muy alegres, donde son quien realmente quieren ser, sin necesidad de mostrar su verdadera cara.
Por qué jugar con disfraces
Entre los beneficios que tiene jugar con disfraces, además de que es muy divertido, es que les ayuda a desarrollar su confianza. Es un juego en el que adquieren como propia laa personalidad de un personaje. Por ejemplo, si optamos por regalarle un escudo o espada de madera, estaremos convirtiendo a nuestro hijo o hija en un caballero medieval, por lo que es probable que se sienta más valiente.
Además, ayuda a potenciar su lenguaje, ya que crean conversaciones y diálogos que les pueden ayudar en su día a día.
Sin duda, jugar con disfraces potencia la imaginación y estimula su creatividad. Con ello, los niños y niñas podrán crear diferentes situaciones, personajes, historias… Deja que tus hijos se salgan de lo típico.
También es un juego grupal. Aunque pueden disfrazarse solos, pueden hacerlo con sus amigos. ¡Eso es mucho más divertido! Aprenden a socializar y desarrollan sentimientos como la empatía. Además, son capaces de intercambiar roles y aprender a compartir. Aprenden a ponerse en el lugar de otras personas, lo cual les ayuda a desinhibirse y aprender a expresar lo que sienten.
Pueden conseguir un desarrollo académico y emocional. Pueden aprender a procesar la información del mundo que los rodea y representan escenas que han aprendido. Quizás tu hijo o hija quiera ser bombero/a, médico/a…
Si quieres que tus hijos comiencen a disfrazarse, puedes regalarles disfraces que puedan utilizar en su día a día.