Como hemos visto en otras ocasiones, el juego es un proceso imprescindible y muy beneficioso para el desarrollo infantil. Existen diferentes etapas de juego, adaptadas al crecimiento del niño. Gracias a los juguetes y su uso, el niño o niña puede adquirir diferentes habilidades, según la edad en la que se encuentre. Por eso es tan necesario elegir los juguetes teniendo siempre en cuenta su edad.
Teniendo en cuenta todo esto, los juguetes didácticos se convierten en una opción maravillosa. Es una forma participativa de ayudar a que los peques desarrollen métodos de conducta, se estimula la disciplina, la comprensión, la autodeterminación… Gracias a los juguetes didácticos, los niños y niñas adquieren y refuerzan el aprendizaje.
Los juguetes didácticos, además de conseguir que los niños y niñas se diviertan muchísimo, ayudan al desarrollo de su imaginación, fortalecen su autoestima y les enseña conocimientos básicos y precisos en su desarrollo. ¡Vamos a ver todo lo que pueden ofrecer!
Beneficios de los juegos didácticos
Es cierto que nos encontramos en una época en la que las pantallas han conseguido llamar la atención de todos: de los más grandes y los más pequeños. Por eso, en un mundo hiperconectado, lo tradicional adquiere mayor relevancia. Los juegos didácticos tradicionales son esenciales, ya que en su utilización entran en juego todos los sentidos.
Los juegos didácticos, además de beneficiar el aspecto cognitivo, ayudan considerablemente a diferentes aspectos del conocimiento. Esta clase de juegos ayudan a adquirir conocimientos y desarrollan diferentes habilidades:
- Estimulan la concentración y favorecen la atención. Es necesario que los peques se encuentran alerta para poder continuar con el juego.
- Fomentan la observación y el raciocinio
- Despiertan el interés en diferentes áreas de conocimiento: matemáticas, lenguaje, geografía…
- Les ayuda a potenciar la imaginación, así como todas las capacidades lógicas.
- Es perfecto para que aprendan a tomar sus propias decisiones y consigan analizar las diferentes situaciones a las que se enfrentan.
- Potencia la socialización y la capacidad de empatía, al tener que adquirir roles y relacionarse con todo lo de su entorno.
- Aprenden a lidiar con situaciones como perder o ganar.
Durante el desarrollo, estas situaciones se vuelven realmente necesarias y ayudan al mejor crecimiento de los niños y niñas.