El dominó es un juego muy típico de mesa que podemos utilizar para jugar con nuestros hijos. Es ideal para que los niños pequeños se diviertan. Además, tiene muchos beneficios que les vendrá genial. Utilizar un dominó de madera puede ayudarles en muchas situaciones.
El dominó es un juego muy sencillo con el cual aprenderán muchas cosas y desarrollarán varias cualidades. Además, podrán jugar en familia o con amigos y el resultado será igualmente maravilloso. Es un juego que les gusta mucho, les entretiene y les enseña.
¿Qué aprenden jugando?
Del mismo modo que con cualquier otro juego de mesa, jugando al dominó, los niños aprenden unas reglas básicas por las que se rige el juego. Esto quiere decir que aumentan su concentración y su poder de retención para conseguir memorizar las normas.
Además, les enseña que deben ser pacientes. Cada jugador tiene su turno y tienen que aprender a esperar hasta que les toque a ellos.
Da igual si jugamos con un dominó clásico o con sus derivados con diferentes formas, colores y figuras. Todos y cada uno de ellos les proporciona conocimientos de matemáticas, ya que deben aprender a contar los números de las fichas o los personajes que contienen.
También es una buena forma de enseñarles a compartir y a jugar con otras personas sin ponerse nerviosos y respetando a los demás jugadores.
Además, es una forma estupenda de enseñarles a controlar sus emociones: tanto si ganan como si pierden tienen que ser capaces de afrontarlo de la mejor manera posible y sin molestar a los demás jugadores.
Capacidades estimuladas por el dominó
Además de enseñarles todo lo anterior, el dominó también les ayuda a desarrollar capacidades cognitivas.
- Les ayuda a desarrollar procesos básicos cognitivos de percepción visual, atención y memoria.
- También fomenta el control de la impulsividad.
- Ayuda al desarrollo de habilidades psicomotoras.
- Les ayuda a mantenerse mentalmente activos y ágiles.
- Mejora sus capacidades interpersonales y la socialización.