A través del juego, los niños entran en contacto con el mundo que les rodea. Viven experiencias placenteras y agradables. Jugar es sinónimo de investigación, creación, conocimiento, diversión, etc. Todas estas acciones despiertan en los niños inquietudes, fantasías e ilusión. Y la combinación de todos estos factores da lugar al aprendizaje.
El modo de jugar de los niños va cambiando conforme van creciendo. Por lo tanto, también va evolucionando su aprendizaje y la forma con la que aprenden. Tanto los profesores como los padres y familiares deben comprender este progreso del juego infantil. En primer lugar, hay que comprender que el juego constituye la actividad casi diaria de los niños, a través del cual transforman la realidad a la fantasía y viceversa.
Por otro lado, el juego es un gran modo de expresión durante la infancia. Para los niños es como una especie de lenguaje que crean ellos mismos para entenderse con los demás y con el propio juego. Asimismo, es la forma mayor de expresión de la personalidad de las personas. Los niños juegan para divertirse, comprender el mundo y aprender, y a medida que se desarrolla este proceso se va forjando su personalidad.
El juego y la educación
A día de hoy, el juego juega un papel fundamental en la educación de los más pequeños. Contribuye al desarrollo intelectual, emocional y físico. A través de esta actividad, los niños aprenden a controlar su propio cuerpo a coordinar movimientos, organizan sus pensamientos, adquieren conocimientos y resuelven cuestiones emocionales.
De la misma forma, provoca una activación continua de las capacidades mentales. Este hecho es el que da lugar a la creación e imaginación. Los niños juegan, pero también inventan, crean y relacionan la vida real con la fantasía.
El niño aprende a prestar atención en lo que está haciendo, a memorizar, a razonar, etc. A través del juego, su pensamiento se desarrolla hasta lograr ser conceptual, lógico y abstracto. También desarrolla sus capacidades motoras mientras corre, salta, trepa, sube, baja, etc.
El juego es el nexo de unión entre las personas. Los niños se relacionan con otros niños gracias al componente de la diversión y el trabajo en equipo. Aprenden grandes valores como es la cooperación y el respeto mutuo.
Después de analizar todos los beneficios del juego en los niños. Podemos afirmar que es un potente recurso educativo. Es atractivo y extraordinariamente valioso y eficaz.