El sonajero es uno de los juguetes favoritos por los bebés. Se divierten con tan solo mirarlo, aunque también les intriga su sonido, iluminación y piezas. Su mente se centrará en hacer funcionar el sonajero de madera, contribuyendo a su diversión y aprendizaje.
Mediante el uso de estos juguetes de madera, los bebés ampliarán sus conocimientos y mejorarán sus destrezas.
Se dará cuenta por sí solo de que es capaz de hacer funcionar el sonajero y, con ello, crecerán sus ganas de seguir investigando y su satisfacción.
Por lo tanto, los sonajeros de madera tienen una función educativa más que interesante.
Valor educativo de los sonajeros de madera
Es difícil concebir la ausencia de un sonajero de madera dentro de la cuna de un bebé. Es de los primeros juguetes de madera que forman parte de la vida de los más pequeños. Algunos padres lo compran porque conocen su función de entretenimiento. Pero, ¿también conocemos sus funciones educativas?
Para empezar, los sonajeros estimulan los sentidos, tanto el oído como la vista y el tacto. Los sonidos, las luces y las formas de estos juguetes de madera son la clave para impulsar el desarrollo de los sentidos.
Los sonajeros también mejoran la coordinación de los bebes. Siempre quieren tener entre sus manos ese juguete tan apreciado y divertido. Para ello, será necesario que coordinen la vista y el movimiento de los brazos y las manos para coger el juguete de madera que tenían en mente. Con la práctica, lo harán de forma automática.
El juego mediante los sonajeros de madera ayuda a establecer unas rutinas. Es recomendable dejar jugar a los bebés con estos juguetes de madera siempre a la misma hora, pongamos que por la tarde. De esta forma, estaremos estableciendo un orden en las rutinas del bebé. Sabrá cuándo es el momento de jugar y qué sonido dará por finalizado el juego. Sabrá que después de dejar el sonajero viene el baño, después la cena y, por último, la hora de dormir. Es una buena forma de estimular su memoria.