Ya sabemos que el juego es clave para el desarrollo de los niños. En el momento en que los niños se ponen a trastear con sus juguetes de madera comienzan a agudizar sus sentidos como es el tacto, la vista y el oído a la vez que agilizan los movimientos del cuerpo y fortalecen su capacidad mental y de concentración.
Sin embargo, el juego no debe ser solamente un entretenimiento. El juego debe ser uno de los principales hilos de conexión entre los padres y sus hijos a la vez que deben tener una vocación educativa, tal y como ocurre con los juguetes de madera. Tanto es así que los pediatras aconsejan a los padres jugar con sus hijos al menos media hora al día.
¿Cómo estimular el juego entre padres e hijos?
Los especialistas afirman que una de las acciones más eficaces para establecer una relación entre padres e hijos que consiga potenciar los valores y aspecto educativo del juego es crear nuestros propios juegos o reglas del juego con juguetes de madera. Los niños están deseando conocer cosas nuevas, escuchar nuevos sonidos, tocar objetos diferentes, etc. Esto se suma a su deseo de pasar momentos juntos a sus padres.
El juego es una forma eficaz de demostrar cariño, de servir como ejemplo a seguir de los más pequeños y para potenciar los sentidos y las destrezas básicas. Para conseguir estos beneficios, solamente se necesita media hora al día. El tiempo es suficiente si el juego se desarrolla correctamente. Es más importante jugar bien que jugar mucho. Es por ello, que si los padres un día están cansados del trabajo o con un estado anímico bajo, que ese día no dediquen tiempo a jugar con sus hijos.
Por otro lado, es aconsejable reservar un hueco de la casa para el juego. Un espacio donde el niño tenga todos sus juguetes de madera y otros elementos que le ayuden a potenciar sus capacidades y habilidades. En este rincón deben caber los padres o los amigos.
Comportamiento respecto al juego
A medida que los niños crecen, se experimentan cambios en su forma de jugar y de entender el juego. Durante los dos primeros años, los niños buscan el juego solitario donde ellos quieren hacer todo. Después se pasa a la fase del juego paralelo donde los niños quieren explorar y manipular objetos. Están ya en condiciones de compartir sus juguetes de madera. A los 4 años, comienzan a interesarse por lo juegos en grupo. Y a partir de lo5 o 6 años, consolidan sus relaciones sociales e interacción a través del juego.
