En el siglo XXI es habitual ver cómo las nuevas tecnologías ocupan gran parte del tiempo lúdico de los niños. Sin embargo, no es la mejor opción para que los más pequeños se diviertan a la vez que desarrollan cualidades y destrezas imprescindibles para el futuro. Para combinar ambas cosas, debemos echar mano de los juegos de madera tradicionales como son los puzles.
Los niños se divierten viendo la forma de las piezas, los dibujos que incluyen, viendo cómo encajan una con otra, pensando por qué tienen unos colores y no otros, etc. Todo este proceso hace que su cerebro esté activo constantemente y consiga desarrollarse como es debido con estos juguetes de madera.
Beneficios de los puzles de madera y juguetes de madera
Los puzles mejoran la atención y concentración de los más pequeños debido a que exigen la observación y exploración de sus piezas para comprender donde hay que colocarlas. En este sentido, estos juguetes de madera ayudan a la reflexión ya que sin ello sería difícil encajar unas piezas con otras.
Por otro lado, los niños desarrollan la visión espacial y las habilidades cognitivas gracias al aprendizaje de los diferentes conceptos o temas que aparecen sobre las fichas del puzle. Otra ventaja de estos juguetes de madera es el desarrollo del razonamiento perceptivo y de las habilidades matemáticas al darse cuenta de que cada puzle tiene un número determinado de fichas y con ellas deberá formar la estructura completa.
Asimismo, los puzles permiten que los niños manejen los movimientos de manipulación de objetivos pequeños a través de las piezas. Consiguen ser más precisos en sus movimientos con las manos. De la misma forma, desarrollan y mejoran su coordinación viso-motora, es decir, aprenden a compaginar el movimiento de la vista con el de la mano.
Cuando los niños consiguen terminar el puzle, se siente satisfechos con su trabajo y, con ello, aumenta su autoestima y motivación. Los niños saben cuándo un rompecabezas o juego es más difícil o más fácil y en el primer grupo engloba a los puzles, por lo que su resolución les hará sentirse confiados y motivados. Por último, los niños aprenden a fijarse en los pequeños detalles. Con estos juguetes de madera no vale la intuición, sino que deben fijarse en un modelo seguir el cual les dará todas las pistas que necesitan para resolver el enigma. Si no están atentos, será difícil que consigan encajar las piezas en su sitio.