Ya sabemos que el juego es imprescindible para los niños y niñas. Ahora, se ha demostrado que jugar a disfrazarse es muy beneficioso para su desarrollo. Además de ser una actividad realmente divertida, los juegos interpretativos y disfraces son perfectos para potenciar su confianza en sí mismos y su vocabulario.
¿Cómo ayuda jugar con disfraces?
Entre los beneficios que tiene jugar disfrazados encontramos el desarrollo de su confianza. Al ser un juego de rol, en el que adquieren la personalidad de un personaje, toman de este toda su confianza. En este sentido, si decidimos regalarle una espada y un escudo de madera para que interprete a un caballero medieval, se sentirá valiente y muy importante.
También es una forma maravillosa de potenciar su lenguaje. Tener que crear diálogos, conversaciones, aprender a relacionarse con otros niños y personajes, hace que adquieran mayor variedad de palabras y aprendan a utilizarlas correctamente.
Lógicamente, es una actividad perfecta para el desarrollo de la creatividad y la imaginación, ya que no tienen por qué inventarse historias lógicas y con coherencia. Ayuda a que su imaginación vuele ya que pueden ser historias totalmente fantásticas.
Es una forma maravillosa para conseguir su desarrollo académico y emocional. Procesa información del mundo real y representa escenas que él mismo ha podido vivir. Por ejemplo, puede representar la figura de un profesor, un policía o un médico.
Hay niños que juegan en voz alta, mientras que otros lo hacen en silencio. En ambos casos su imaginación está volando.
Para conseguir que los niños y niñas jueguen a disfrazarse, una buena opción es regalarles disfraces que puedan utilizar en su día a día. Los arcos de madera, los escudos, las espadas, los cascos… Podrán representar historias de héroes medievales, mucho más reales que los superhéroes. Aprenderán a desenvolverse con su entorno y encontrarán la tranquilidad que necesitan.