Los niños desde que nacen están en contacto con la música, pero ¿cómo elegir el primer instrumento de música para los niños?
Las canciones que se ponen en el coche durante los viajes o los juguetes de madera sonoros son los primeros contactos que los más pequeños tienen con la música.
A edades muy tempranas, los niños se familiarizan con los sonidos y las melodías mediante los sonajeros o los juegos que incluyen música. Sin embargo, después de esta primera experiencia los niños comienzan a tener conciencia de qué instrumentos de música son los que prefieren.
Deben ser ellos los que elija qué instrumento tocar o con cuál jugar.
La música en la vida de los niños les hace vivir más armoniosamente y tener una comunicación más fluida con el resto. La música les proporciona seguridad, confianza y les permite comunicarse a través de los sonidos o canciones.
Cuándo es el mejor momento para tocar un instrumento musical
La edad para comenzar a tener conciencia sobre qué instrumento tocar es a partir de los 5 años. Los niños ya comienzan a conocer sus gustos musicales y tienen el conocimiento necesario para elegir su primer instrumento. La libre elección del niño en estos juguetes de madera le ayuda a desarrollar más eficazmente sus aficiones y destrezas.
Por ello, deberá ser el niño quién elija o de pistas sobre cuál es el instrumento que está dispuesto a tocar. Cuando disfrutan con la música con sus juguetes de madera musicales, el aprendizaje es más efectivo y actúa como estímulo de la motivación y la superación.
Para esas edades, lo mejor es comenzar con la flauta o armónica de madera, ya que no exigen mucho esfuerzo cuando van dirigidas a los niños. Pero como hemos dicho, si el niño decide otro instrumento no debemos llevarle la contraria.
Para antes de los cinco años, se deben comprar juguetes de madera fáciles de tocar o utilizar como son los tamborines, los bongos o los xilófonos. A partir de los 6 años los niños ya pueden entender las notas musicales, por lo que están en condiciones de iniciarse en la música con el tambor, el violín, el clarinete o la guitarra.
Más adelante, la batería puede ser una buena opción. Es un instrumento fácil de tocar y que a la vez permite a los niños experimentar con los diferentes sonidos e intensidades de la música.
