Evolución de los juguetes para niños en los últimos años

La forma de jugar de los niños ha cambiado radicalmente. Antes del siglo XX, los niños jugaban con juguetes inofensivos y totalmente educativos, como son los juguetes de madera. Con la llegada de la nueva tecnología, esta buena práctica se ha ido perdiendo. Ahora los niños juegan en el salón de su casa sin mantener contacto con nadie de sus familias ni con un niño. Se pasan horas enganchados a los juegos virtuales. Este nuevo hábito de juego ha roto con las  relaciones cara a cara.

A diferencia de los juguetes de madera, los juegos tecnológicos no permiten desarrollar completamente las cualidades del niño. En primer lugar, no se potencia la socialización, la imaginación y creatividad, la actividad física, el trabajo en equipo, etc. Es por ello, que muchos padres han vuelto a los juguetes tradicionales para garantizarse que sus niños crecen como es debido y el desarrollo de sus facultades va acorde con su edad.

Historia y evolución de los juguetes para niños

En la antigua Grecia, los niños y niñas jugaban a la pelota con vejigas de cerdo infladas, con muñecas de trapo, con caballos de ruedas o con aros. Si no disponían de estos juguetes, ellos mismo se inventaban formas u objetos para poder jugar, lo que potenciaba su creatividad e imaginación. En 1693, el filosofo inglés John Locke advirtió de la necesidad de incluir letras y números en los juguetes para ayudar al aprendizaje de los niños. John Spilsbury hizo el primer rompecabezas en 1767.

Respecto a las muñecas, siguen siendo las preferidas de muchas niñas. La diferencia es que antiguamente eran de trapo o de madera y ahora los padres suelen apostar más por las de plástico. Es un grave error por la cantidad de oportunidades que están perdiendo al no jugar con muñecas de madera.

Es cierto, que tiempo atrás las personas que disponían de un juguete nuevo eran unas privilegiadas. Se solía relacionar con personas de alto nivel adquisitivo. Sin embargo, actualmente los juguetes se producen en masa, lo que les hace ser mucho más baratos. Por ello, ya no hay excusa para no comprar juguetes de madera a los niños, tan necesarios a tempranas edades. Son asequibles para cualquier bolsillo y no solo se está invirtiendo en un juguete, sino en una forma de aprendizaje.

 

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