Utilizar juguetes para conseguir un mejor desarrollo infantil es muy recomendable. El juego es una actividad fundamental y, a través de él, los pequeños aprenden a conocer su entorno y a relacionarse con él.
Gracias a los juguetes, los niños y niñas aprenden a desenvolverse, aprenden funciones de los objetos que les rodean y les ayuda a desarrollar diferentes habilidades. Éstas habilidades no sólo tienen que ver con lo físico, sino también habilidades mentales. Les ayuda en el proceso de aprendizaje y en la formación de nuevos conceptos.
Además, ellos disfrutan mucho, se relacionan más y no se cansan de jugar.
Importancia de los juguetes en el desarrollo
- La utilización de diversos juguetes les ayuda a descubrir y conocer las diferentes formas, los colores, los tamaños y las texturas. Si queremos que aprecien aún más las texturas, utilizar juguetes de madera es la mejor opción.
- Los juguetes les ayuda a desarrollar habilidades motoras gruesas y finas. Esto ayuda a que potencien la capacidad espacial.
- Muchos juguetes son perfectos para que mejoren el equilibrio y la coordinación y estimular el control muscular. Los andadores, triciclos y bicicletas son clave en el desarrollo de la coordinación.
- También son muy beneficiosos para que aprendan a comprender cuál es la utilización de cada uno de los objetos que le rodean.
- Ayudan a establecer rutinas. Si utilizamos un determinado juguete para la hora del baño, podemos conseguir que asocie ese juguete con el momento de bañarse.
- Fomentan la creatividad y la imaginación. Pueden inventar historias con diferentes juguetes y crear toda una película divertida que le ayude a ser más imaginativo.
- Facilitan el desarrollo de tres funciones básicas mentales: la asimilación, la comprensión y la adaptación a la realidad.
- Mientras el niño juega siente que tiene el control, que es capaz de manejar cualquier situación y que es el protagonista. Esto hace que adquiera una mayor confianza en él mismo.
- Jugar con juguetes y con otros niños les ayuda a socializarse y a manejar emociones como la frustración o la alegría al ganar o perder un juego. Desarrollan empatía.
