Rebeca Mendoza

Desde hace siglos, parece que los juguetes están diferenciados entre aquellos que son “para chicas” y los que son “para chicos”. Sin embargo, los niños no entienden estas reglas. Hoy en día, los roles de género no se encuentran tan marcados en las familias. Cada vez es más normal ver a chicos jugando con muñecas o niñas jugando con martillos. ¿Por qué no? Si lo que estás buscando son juguetes sin género, te proponemos una serie de ideas.

Actualmente existen muchísimas opciones a la hora de comprar juguetes a los niños y niñas. Sin embargo, los juguetes de madera son bastante educativos, duraderos, naturales y cuentan con muchos beneficios. Vamos a contarte por qué es bueno escoger este tipo de juguetes.

El juego es un elemento básico para el crecimiento y el desarrollo de los niños. Además de tener numerosos beneficios, le resulta realmente divertido. Los juguetes de madera, además, tienen un gran papel dentro de todo este asunto, ya que aportan beneficios diferentes que los juguetes de plástico.

El autismo es un trastorno generalizado del desarrollo que hace que las personas que lo padecen vean afectadas muchas de sus funciones adaptativas. Son varias las áreas que se ven afectadas, como la social, la cognitiva, la afectiva, la comunicacional y la lingüística. Si conocemos a algún niño autista y no sabemos muy bien qué regalarle por Navidades, seguro que estos juguetes pueden ayudarte.

Los juguetes tradicionales son aquellos con los que hemos jugado durante generaciones, aquellos que se encuentran fuera de las nuevas tecnologías. Los juguetes de madera tienen grandes beneficios y vamos a descubrir cuáles son. Aunque a veces pensamos que los más pequeños se aburren si les damos los típicos juguetes, lo cierto es que encuentran la forma de divertirse y disfrutar.

 El juego es una acción importantísima y muy necesaria en las primeras fases de los más pequeños. Es mucho más que diversión para ellos. Además de jugar con juguetes de madera o con otros niños, jugar con los padres es realmente importante. Cuando juegan con los padres, éstos pueden enseñarles valores y cómo reaccionar ante diferentes situaciones como perder o ganar. Además, es una forma maravillosa de reforzar el vínculo con los más pequeños.