La estimulación de los niños es fundamental para su aprendizaje. Debe comenzar durante los primeros años de vida. Es cierto que durante esta etapa, la memoria no llega a retener recuerdos de forma consciente. Pero sí graba aquellos recuerdos que les marcaron de una forma u otra. Cuánto más este entrenada la memoria, mayor repercusión positiva se producirá en los niños en su futuro. Hay distintas formas de estimular la memoria, pero una de las más efectivas es a través del juego. Los juguetes de madera se pueden utilizar desde edades muy tempranas para comenzar a potenciar esta cualidad.
Pero antes de comprar cualquier juguete de madera, es imprescindible conocer unos aspectos básicos sobre la memoria. Ésta va evolucionando a medida que los niños desarrollan. De esta forma, nada más nacer, la memoria del bebé es muy primitiva y de reconocimiento. En este caso, habría que comprar sonajeros de madera, por ejemplo, para que vaya reaccionando a los estímulos sonoros y visuales. A partir de un año, la memoria es más explícita y comienza a manejar ya el lenguaje. Los niños comienzan a reconocer los objetos. Si pasamos al segundo año, el desarrollo es mucho más notorio. Los niños pueden construir frases y comprender el sentido de los juguetes que tienen a su alrededor. Y a partir del tercer año, la memoria crece a pasos agigantados, siempre y cuando se comience a estimular debidamente.
Los juguetes de madera en función de la etapa
- Etapa preescolar. Corresponde hasta los 6 años aproximadamente. En esta etapa es aconsejable comprar juguetes de memorización que incluyan canciones, voces o secuencias para completar. También es buena la fotografía para que se desarrolle la memoria fotográfica.
- Etapa escolar. Comprende la Primaria. Los niños ya comienzan a tener uso de razón y su memoria juega un papel fundamental. En esta etapa podemos apostar ya por los juegos de mesa o los juegos que implican un mayor razonamiento. Por ejemplo, los puzles y rompecabezas son una buena idea.
- Etapa de la preadolescencia. La memoria es más selectiva y el niño la puede controlar más a su antojo. Por ello, es importante seleccionar juguetes de madera que le gusten y le motiven. El propio niño podrá decidir incluso qué juguetes le gustan más. Además, veremos una mayor interacción con ellos.