Actualmente, en estos momentos que la tecnología ha ocupado nuestras vidas, son muchas las personas que vuelven a lo analógico y lo tradicional. Parece que esto nos recuerda cómo empezó todo y nos vuelve capaces de apreciar mucho más su encanto. Este es el caso de los juguetes de madera. Nuestros padres han jugado con ellos, nosotros también, ¿por qué no nuestros hijos?
Se acercan las Navidades y con ellas el momento de hacer la carta a los Reyes Magos. ¿Qué tal si regalamos algo diferente que marque la diferencia con otros niños?
Motivos para regalar juguetes de madera
- Uno de los principales motivos por los que regalar juguetes de madera es una buena opción es por su forma de envejecer. Estos juguetes es difícil que se rompan o se estropeen. Envejecen perfectamente con el tiempo. Además, su durabilidad hace que se convierta en algo que pase de generación a generación.
- Los juguetes de madera estimulan el tacto. Este tipo de juguetes producen una sensación bastante agradable a nuestros sentidos. No todos provocan las mismas sensaciones en nuestras manos. Algunos tienen más irregularidades mientras que otros están más lijados. Estas sensaciones son absorbidas por el cerebro de los más pequeños.
- Además, este tipo de juguetes también favorece la imaginación. Como no cuentan con pilas, ni luces, ni nada por el estilo, el niño o niña deberá utilizar su imaginación para jugar. Eso hará que desarrolle una creatividad muy superior y disfrutará mucho más del juego.
- Si queremos enseñarle a nuestros hijos que el consumismo no es bueno, comprar juguetes de madera es una opción buena. No se rompen con tanta facilidad como los juguetes de plástico. Además, cuando lo hacen, son fácilmente reparables. Además, es la mejor forma de ahorrar dinero. Tienen materiales de mayor calidad, por lo que duran más y evitamos comprar juguetes nuevos cada año.
- Ayudan a la motricidad de las manos gracias a su peso. Como pesan más, los niños tienen que hacer el esfuerzo de sujetarlos, lo que hace que mejoren sus habilidades con las manos.
