En el mercado de los juguetes de madera, podemos encontrar un sinfín de ellos. Es probable que la primera idea que se nos venga a la cabeza cuando oímos las palabras “juguetes de madera” sea la de un objeto o aparato que lleva intrínseco un propósito o un fin que los niños deben resolver. Sin embargo, en el mundo de los juegos también entra en juego la imaginación.
Muchos son los niños que juegan a las “Mamás y los papás”, cogiendo los instrumentos que sus propios padres tienen por casa. Otro de los juegos típicos hacerse pasar por auténticos héroes que salvan a la sociedad de los enemigos. Éste último puede estar propiciado por las historias propias de los videojuegos, que provocan que los niños quieran ser los protagonistas.
En este sentido, los niños necesitan poseer los objetos necesarios para ponerse en la piel de estos personajes, como es el caso de los cascos de gladiadores o los cascos medievales. Es preferible que estos casos ofrezcan una gran protección y sean de madera. En cuanto a la protección, ambos cascos incorporan una visera que se puede abrir y cerrar al antojo del niño y que protege sus ojos.
La importancia de que los cascos sean de madera
La madera es un material mucho más fiable que el metal a la hora de dejar en mano de los niños cualquier juguete. Los cascos de madera no se rompen con tanta facilidad, por lo que no existe peligro de que los niños se puedan dañar con ellos. Esta característica es un seguro de vida para los padres, quienes pueden dejar que sus hijos jueguen a sus anchas dándole rienda suelta a su imaginación.
Por otra parte, los cascos de madera no atrapan bacterias a diferencia de los juguetes de metal. Se debe prestar especial atención a este dato ya que es habitual que los niños se metan las cosas en la boca o acerquen su lengua a los juguetes de madera. Esto puede provocar infecciones o alguna enfermedad.
Otro motivo para elegir los cascos de madera es que no contaminan. La madera es un elemento natural y ecológico. Es un gran paso para comenzar a concienciar a los niños del respeto al medio ambiente.
Además, los juguetes de madera estimulan los sentidos de los niños al ser altamente sensitivos. El olor de la madera impulsa la motivación e imaginación de los más pequeños.